La certificación comienza con una inspección inicial, donde evaluamos todos los equipos y componentes de la línea de tratamiento. Luego realizamos pruebas funcionales para verificar la operatividad y eficiencia a través de pruebas de presión, flujo y control de calidad. A continuación, llevamos a cabo una evaluación de seguridad para asegurar que todos los protocolos de seguridad estén en su lugar y se cumplan adecuadamente. Verificamos toda la documentación técnica para asegurar que esté completa y actualizada y emitimos un informe de evaluación que destaca los hallazgos y recomendaciones para mejoras. Una vez implementadas las recomendaciones, expedimos un certificado de conformidad que valida el cumplimiento con todos los estándares y normativas aplicables.

Utilizamos métodos de inspección avanzados para garantizar la precisión y confiabilidad de nuestras evaluaciones. El análisis por ultrasonido evalúa la integridad estructural de los componentes de la línea de tratamiento, mientras que la termografía infrarroja identifica puntos calientes y variaciones de temperatura. Las pruebas de presión y flujo aseguran que todos los sistemas operen dentro de los parámetros especificados, y la espectrometría de emisión óptica analiza la composición química de los materiales en contacto con los productos tratados. Realizamos calibraciones precisas de todos los instrumentos de medición y control para asegurar la exactitud de los datos y el rendimiento del sistema.